31 de diciembre de 2009

Carta Abierta

Estimada Desconocida

Debo solicitar tu perdón por irrumpir en tu vida, así nada más, escribiendo o tratando de escribir una carta, unas líneas que a pesar de mis esfuerzos carecen de sentido, pero es importante hacerte saber cuánto te espero, cuánto te necesito. Nadie ha podido penetrar en mis pupilas como sólo las tuyas lo han hecho. Es necesario que vuelvas. Es necesario poder desechar tu fotografía, sentir tus ojos nuevamente sobre los míos. Mi lámpara de noche me dice que es tarde para solicitar tu presencia, para esperar respuesta de ti, pero una vaga sensación me dice que no todo está perdido.

JA

30 de diciembre de 2009

13 de diciembre de 2009

disquisiciones provincianas

Estimado Pablo:

Una cosa es que me digas lo mal que escribo y otra que me critiques  simplemente porque no te gusta mi escritura. Vamos, hay que poner las cosas en claro. Si digo que es necesario volver a la tradición no es por desconocimiento de la misma. Sé lo que dirás de mí ahora mismo, pero es necesario que quede claro, vuelvo a la tradición porque sólo desde ella se puede forjar un nuevo decir. Claro, dirás, ¡vaya perogrullada que está diciendo este tipo! Sin embargo, no lo digo por excusarme. Bien sabes el trabajo que me ha costado llegar a esta postura, sobre todo al venir mi formación desde un área donde se habla de cablecitos y lucecitas.
Hay también otras cosas que quiero aclarar contigo: cuando digo que no buscaré una imagen que sorprenda sino una imagen solamente, no lo digo por pereza, por no tener las suficientes sinapsis diarias que todo decálogo nutricional recomienda. Lo digo porque siento la búsqueda de imágenes sorprendentes como una barrera entre el decir y la significación real de ese decir. Es fácil para cualquiera crear mundos nuevos a partir del lenguaje, ese decir por decir. Tú lo sabes mejor que nadie, pero no lo es tanto lograr la perdurabilidad de las significaciones de un buen verso.
En los últimos meses, lo sabes, he sentido una angustia terrible por no terminar un poemario, así que no me vengas a decir que soy perezoso o que no quiero pensar en imágenes nuevas por pereza. La poesía, vaya que lo sabes, debe surgir de forma natural, no de imposturas. Pero al parecer tú y tu camarilla insisten en someter mis textos a algo que no son, que nunca han buscado ser y que por tanto nunca serán. Todo lo que dices en tu carta está muy bien para alguien más cerebral, no para mí. No para mí que, siguiendo a Gamoneda, la única licencia que puedo admitir, para bien o para mal, es la de poeta. ¿Crees que aún no estoy listo o que aún no reúno el perfil necesario para poeta? ¿Quién lo sabe? Díme, ¿quién lo sabe? Sólo tú, dime ¿quién lo sabe?

Un abrazo de tu perezoso amigo
JA

30 de noviembre de 2009

Obsesiones basiliscas

Miro tu fotografía y pienso si algún día habrá podremos ver el mar, el encendido mar de los minutos, el mar enciende tu ventana; miro tu fotografía y pienso en lo que podríamos haber construido juntos, en lo que habríamos hecho algún día juntos. Una metáfora inabarcable impregna mis palabras al mirar tus ojos, tus ojos fijos en la blanca hoja carcomida por los míos. Tu fotografía es un templo profanado por mis desvelos. Toda tú un misterio que me ha sido prohibido comprender.

****

Miro tu fotografía y pienso
si habremos de mirar el mar,
el encendido mar de los minutos
que pasan cuando de lejos te miro;
miro tu fotografía y pienso
en lo que habremos de construir juntos,
frente a las mesuradas islas.

Una metáfora impregna mis palabras
al mirar tus ojos, tus ojos fijos
en la hoja carcomida por los míos.

Tu fotografía es un templo.
Toda tú un misterio
que se me ha prohibido comprender.

Érase una vez

Es una lástima no escribir ya con soltura,
venir desde tan lejos
y no encontrar las cosas en su lugar debido.
Es tan penoso remontar desconocidos muros
y no tener idea de lo lejano.

No es lo mismo escribir en una página.
La sensación de vacío no desaparece.
Hay fragmentos de olvido
en las escaleras de una iglesia.

En el desastre siempre los mismos actos,
las mismas palabras enloquecidas,
el fondo de todas las botellas.

28 de noviembre de 2009

27



Siempre he pensado en la fascinación que algunas cifras pueden ejercer sobre nosotros. Se dice que este tiempo es una época de desencanto, de renuncia. Todos buscamos una legitimación de nuestros actos a través de algún rito: una cena de despedida, una ceremonia de fin de cursos, una entrega de premios al final de la competencia.
El 27 es quizá una de esas épocas, una legitimación. Esta cifra hace referencia a una serie de hechos que parecen sorprendentes: fue la edad en la que Kurt Cobain, Jimi Hendrix y Jim Morrison murieron. El 27 es el nombre de una conocida generación. Pero, sobre todo, el 27 es el  número que recordaré bastante durante un año. Pinta bien. Ya lo creo.

19 de noviembre de 2009

Recuento

Uno

Ha pasado un año desde que llegué a esta ciudad. Mirando bien las cosas, nada es distinto. La primera impresión que tuve al volver fue desolada: el lugar me recibía con sus brazos más violentos, con una economía a la baja, con una decadencia ineludible. Pero en realidad, nada es distinto. Nada cambia en esta tierra yerma.

Dos

La historia de mi partida se puede resumir como la construcción de un sueño y su fracaso, el prometedor inicio de una actitud y su posterior negación tajante, en la misma negación de todo lo que me rodea y su lenta asimilación como una derrota silenciosa. Ahora me encuentro en un  Tiempo nublado, cansado de esperar las peras del olmo. Mi lucha es una insensatez, mi resignación, también.

Tres

Es media noche y aunque suene a tópico no puedo dormir. Hace un año que volví de Madrid y aún recuerdo la ciudad constantemente: sus calles, sus plazas, sus noches en vela, junto a ella o sin ella, son aún vívidas en mis ojos. Toda ella es presencia, una escritura manchada de fresca tinta. La huelo en mi almohada. La siento en las borrosas líneas de mi mano izquierda. La sueño como un pájaro inmóvil en la cornisa de una habitación abandonada.

Cuatro

Volví con el deseo de renuncia a todo aquello que tanto costó edificar en los párpados, pero no pude. Una sensación de fracaso impregna el polvo de la calles. El peso de lo que me rodea es más fuerte que mi mirada. Pierdo el rumbo y trato de reconstruirlo con las ruinas de este valle. Sin embargo, la media noche anuncia que todo está perdido. Qué elegir entonces si no hay quién escuche. Qué elegir si los pájaros rumiantes han emigrados a otras ramas, qué elegir, si permanezco inmóvil sobre la alameda.

Cinco

Es media noche. Estuve con un par de amigos recordando viejas anécdotas de España, recordando viejos tópico de España. Pero, qué de aquello que deseé al volver. Qué de todo lo vivido. Qué de la húmeda escritura al abordar un avión en Barajas. España es una alucinación de mis manos y de todos mis sentidos.

Seis

LF me dice que constantemente me azoto al ser un obsesivo con mi pasado. Quizá tenga razón, quizá. Pero no hay cambio. No lo puede haber nunca. Pierdo noción de mis acciones conforme pasa el tiempo, pierdo solidez conforme rozan los segundos las huellas de mis dedos. Miro hacia la ventana y pienso en la meseta castellana, en el baldío que hubo detrás de los muros de la casa y que ahora es una edificación en ruinas. Miro metros más delante y veo una calle vacía, unas farolas, unas bancas, unos chopos y la calle de puentedeume reaparece, pero luego, pasados los segundos, al observar mejor las formas del cristal, todo se transfigura en perros hambrientos, en un par de ojos iracundos, en la sombra de un cadáver de domingo. Miro entonces a lo lejos, no hay nubes qué perseguir, no hay idilio. Sólo oscuridad y alaridos de media noche. Sí, sólo media noche.

Hace un año que volví. Hace un año.

12 de noviembre de 2009

Sobre la influencia




Poseo la suficiente valentía y juicio para liberarme de otros maestros y críticos y seguir mi propio camino con la tranquilidad espiritual que se requiere para tal empresa, pero respecto de usted mi dependencia es insuperable; y puesto que sé el profundo efecto que cualquier palabra de usted puede tener en mí, a veces me esfuerzo por sacarlo de mi mente para no ser vencido por la ansiedad, tal preocupación es la muerte del arte, y comprendo perfectamente bien por qué es más difícil darle expresión adecuada a la naturaleza cuando el artista se encuentra rodeado por obras maestras, que cuando se encuentra virtualmente solo en el mundo. Se encuentra demasiado involucrado con la naturaleza, demasiado conectado con ella, como para considerar la necesidad de rebelarse contra su autoridad o de someterse a ella. Pero esta terrible alternativa es casi inevitable cuando el artista joven está expuesto al genio maduro de un maestro, el cual es más fuerte y comprensible que la naturaleza, y por lo tanto más capaz de esclavizarlo. No es ya el caso de un niño que juega con otro niño -el primitivo equilibrio alcanzado por el artista primerizo con su mundo ya no impera. El niño ahora tiene tratos con hombres con quienes probablemente jamás tendrá la suficiente familiaridad como para olvidar su superioridad. Y si siente tal superioridad debe hacerse rebelde o servil. ¿Pero debe ser así?
(Hölderlin dirigiéndose a Schiller)

28 de octubre de 2009

Calaverita

Uno

La flaca viene calaca
flaca viene la calaca
la calaca flaca viene
viene la calaca flaca
viene flaca la calaca

La calaca viene flaca
calaca viene la flaca
la flaca calaca viene
viene la flaca calaca
viene calaca la flaca

Dos

La flaca viene muerte
flaca viene la muerte
la muerte flaca viene
viene la muerte flaca
viene flaca la muerte

La muerte viene flaca
muerte viene la flaca
la flaca muerte viene
viene la flaca muerte
viene muerte la flaca

Tres

La flaca viene muerta
flaca viene la muerta
la muerta flaca viene
viene la muerta flaca
viene flaca la muerta

La muerta viene flaca
muerta viene la flaca
la flaca muerta viene
viene la flaca muerta
viene muerta la flaca

Cuatro

La flaca viene muerta
flaca viene la muerte
la muerta flaca viene
viene flaca la muerta
viene la muerte flaca

La muerte viene flaca
muerta viene la flaca
la flaca muerte viene
viene muerta la flaca
viene la flaca muerte

Versión melódica

La flaca viene calaca
calaca viene la flaca
flaca viene la calaca
la calaca viene flaca
viene flaca la calaca

viene la flaca calaca
la flaca calaca viene
viene la calaca flaca
la calaca flaca viene
viene calaca la flaca

27 de octubre de 2009

Political Incorrectness, de Luis Alberto de Cuenca

Sé buena, dime cosas incorrectas
desde el punto de vista político. Un ejemplo:
que eres rubia. Otro ejemplo: que Occidente
no te parece un monstruo de barbarie
dedicado a la sórdida tarea
de cargarse el planeta. Otro: que el multi-
culturalismo es un nuevo fascismo,
sólo que más hortera, o que disfrutas
pegando a un pedagogo o a un psicólogo,
o que el Mediterráneo te horroriza.
Dime cosas que lleven a la hoguera
directamente, dime atrocidades
que cuestionen verdades absolutas
como: "No creo en la igualdad". O dime
cosas terribles como que me quieres
a pesar de que no soy de tu sexo,
que me quieres del todo, con locura,
para siempre, como querían antes
las hembras de la Tierra.

Luis Alberto de Cuenca, Fiebre Alta, CONACULTA/Colección Práctica Mortal, México, 1999

15 de octubre de 2009

Un zorrito y un ruiseñor

Personajes:
Un zorro, un ruiseñor


Acto uno

Escena Uno

(Una plaza pública)

Ruiseñor: -¡Dios mío, ayúdame, Dios mío! ¡Estoy tiritando de frío! ¿Qué es la Poesía?

Zorro (escondido bajo un árbol): -Es una puta con pretensiones de diosa. Una ramera que pensó un conocido burdel el parnaso.

Ruiseñor: -¡Dios mío, qué oigo, Dios mío! ¿Por qué me castigas? A mí, que te he entregado mi dolor. Canta oh musa...

Zorro (interrumpiendo al ruiseñor): -Cierra el pico y déjate caer de la rama. Rema, rema y déjate caer. Llama la Poesía.

Ruiseñor (asombrado): -Oh, oh. Si todo poema es epitafio...

Zorro: -Sí, sí. Déjate caer. La Poesía espera. No escribas tu canto en el agua. Déjate caer. La Poesía está hambrienta.

(el ruiseñor se tambalea en su rama)

Zorro (exasperado): -¡Anda, déjate caer!

Ruiseñor: -No sé... no sé... Puedo escribir los versos...

Zorro (totalmente fastidiado): -¡No me importa si puedes poner en tus versos el oro de Golconda! ¡Déjate caer! ¡A mayor dolor, más poeta!

Ruiseñor (confuso): -¡Poeta! ¡Poeta!

(El zorro abre el hocico, el ruiseñor se deja caer, Paf!)

(Fin del primer y único acto)

14 de octubre de 2009

Soneto, de Juan Boscán

Garcilaso, que al bien siempre aspiraste,
y siempre con tal fuerza le seguiste,
que a pocos pasos que tras él corriste
en todo enteramente le alcanzaste;

dime: ¿por qué tras ti no me llevaste
cuando de esta mortal tierra partiste?
¿Por qué al subir a lo alto, que subiste,
acá en esta bajeza me dejaste?

Bien pienso yo que si poder tuvieras
de mudar algo lo que está ordenado,
en tal caso de mí no te olvidaras.

Que, o quisieras honrarme con tu lado,
o, al menos, de mí te despidieras,
o si esto no, después por mí tornaras.

Juan Boscán, La fuente, los destellos y la sombra: Antología de los siglos de oro, Alfaguara, México, 2002

10 de octubre de 2009

Salmo XVII, de Quevedo

Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.

Salíme al campo, vi que el sol bebía
los arroyos del yelo desatados,
y del monte quejosos, los ganados,
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa; vi que, amancillada,
de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte;

vencida de la edad sentí mi espada.
Y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.

Francisco de Quevedo, Poesía varia , Cátedra, Madrid, 2005

8 de octubre de 2009

Febrero 2, de Luis Luna

Me seduce la nieve que mi daño procura
la extensa superficie donde no hallo refugio
esta tersa cuchilla que desuella mi carne
y la ofrece al olvido.
Es así la blancura. Lastima en su pureza.

Luis Luna, Cuaderno del guardabosque, Amargod, Madrid, 2007

30 de septiembre de 2009

disquisiciones provincianas

Estimado Pablo:


Hace tiempo que verdaderamente no me sentía tan deprimido por leer una revista, pero es que algunas veces preferiría no saber leer o perder la vista como me lo tienen sentenciado algunos oftalmólogos. ¡Vaya calamidad¡ Me dirán algunos amigos… por no decirme "exagerado", pero no, no es así, o al menos eso es lo que creo. Pero vamos por el comienzo. Hace dos días me encontré una revista que me habían recomendado, vamos, recomendado para publicar algún poema allí, luego de haberse enterado de "mi gusto por las poesías". Eso debió ponerme en alerta pero, como es usual, le presté poca importancia al asunto y esbocé una sonrisa y dije que sí, que me gustaría participar. Sin embargo hace dos días me encontré dicha revista y al comenzar a hojearla casi vomito, y no lo digo como metáfora o como una exageración, vaya, mis sentidos son muy sensibles. En dicha revista pulula la "razón", el "buen gusto", los ya sabidos temas en "contra del aborto" y demás cursilerías que las "gentes de buenas conciencias" se dignan a escribir y reparten entre sus amigos o entre las mansiones (para mansiones, en la provincia) donde viven sus amigos, etc. Poemas, es mucho decir hablar de poemas, mal cortados, mal estructurados y sobre todo, poemas que exaltan ese "bonito sentimiento" que sin duda (¿realmente alguien lo duda?) es el amor. El amor, entiéndase, entre un hombre y una mujer, no hablemos de barbaridades, nos dirán los editores de la bien amada publicación provincial.


Una cosa más, para variar en esta bonita provincia, hace dos semanas al pasar por el centro comunitario local miré un espectáculo de mimos. Me alegré, de veras, me alegré de ver dicho espectáculo, sobre todo en la comunidad. Pero mi asombro, ya se sabe, es limitado, pues después dos o tres segundos de estar ahí escuché decir a una de las marionetas que acompañaban a los mimos una frase exhortativa de alabanza a dios. No tengo nada en contra de la iglesia, en verdad, no lo tengo. Sin embargo, ¿cómo pueden permitir las autoridades que se use un espacio público, usar equipo público (sonido, mesas, sillas) para hacer proselitismo en favor de una religión? ¿No se supone que vivimos en una República laica? Cuando le pregunté a un par de amigos y otros familiares me tacharon, otra vez, de exagerado. Pero, vaya pues con la mojigateria local. Si un grupo religioso usa un espacio público para promocionarse, los demás grupos ¿no deberían tener el mismo derecho? ¡Ah! Pero se me olvida; los otros grupos no pueden porque no están en el poder o no están relacionados con el poder o, peor aún, porque no son reconocidos por el poder. Entonces, ¿dónde está la pluralidad? ¿dónde está la tan manida democracia de nuestra amada República?


Tu plural amigo
JA

27 de septiembre de 2009

Miseria de la Sabiduría


El sabio ignora lo trágico de la pasión y el temor a la muerte, de la misma manera que desconoce la fuerza y el riesgo, el heroísmo bárbaro, grotesco o sublime [...] No vive nada, no siente nada, no desea ni espera. Se complace en nivelar los diversos contenidos de la vida y asume todas sus consecuencias. Mucho más complejos me parecen aquellos seres que, a pesar de esa nivelación, no cesan sin embargo de atormentarse.

E. M. Cioran, En las cimas de la desesperación, Tusquets, México, 2009, p 153

16 de septiembre de 2009

Una representación

(Un café)

Primer Miembro del consejo (un poco molesto): -Manos a la Obra. Hay que trabajar en La Revista.

Segundo Miembro (mirando su reloj): -Desde ahora declaro que no he leído el material, pero me gustaría que aparecieran Fulano y Mengano en el primer número.

Primer Miembro: -Los que acepten la propuesta levanten la mano.

(Los demás Miembros levantan la mano con disgusto)

Segundo Miembro: -Señores, me retiro. Tengo cosas pendientes. (Se va)

Cuarto Miembro (furioso): -¿Ahora se va? Pues yo no estoy de acuerdo con su propuesta. Fulano y Mengano no deben ser incluidos en La Revista.

Tercer Miembro (fastidiado): -Imbécil, Fulano y Mengano son Miembros del Consejo. Deben ser incluidos. Sin embargo, Zutano no debe estar en La Revista. ¿Quién lo invitó?

(Terriblemente fastidiados los Miembros se miran entre sí)

Primer Miembro: -Yo lo invité. Es amigo. Escribe bien.

Tercer Miembro (Aún más fastidiado): -No me gustan los intrusos. Habrá que inmolarlo. Levanten la mano quienes apoyen mi propuesta.

(Los Miembros levantan la mano. Uno de ellos pide la cuenta)

Tercer Miembro (Repuesto): -Somos mayoría. Ahora vamos a otro sitio. Hay que celebrar nuestra presentación en sociedad.

(Se van, fatigados pero con la mirada satisfecha)

29 de agosto de 2009

no vale la pena

No vale la pena seguir. Estoy cansado de esta estúpida masa fétida. ¡Por qué no me dejan en paz!

28 de agosto de 2009

Mujeres, de Nicanor Parra

La mujer imposible,
la mujer de dos metros de estatura,
la señora de mármol de Carrara
que no fuma ni bebe,
la mujer que no quiere desnudarse
por temor a quedar embarazada,
la vestal intocable
que no quiere ser madre de familia,
la mujer que respira por la boca,
la mujer que camina
virgen hacia la cámara nupcial
pero que reacciona como hombre,
la que se desnudó por simpatía
porque le encanta la música clásica,
la pelirroja que se fue de bruces,
la que sólo se entrega por amor,
la doncella que mira con un ojo,
la que sólo se deja poseer
en el diván, al borde del abismo,
la que odia los órganos sexuales,
la que se une sólo con su perro,
la mujer que se hace la dormida
(el marido la alumbra con un fósforo),
la mujer que se entrega porque sí
porque la soledad, porque el olvido...
la que llegó doncella a la vejez,
la profesora miope,
la secretaria de gafas oscuras,
la señorita pálida de lentes
(ella no quiere nada con el falo),
todas estas walkirias
todas estas matronas respetables
con sus labios mayores y menores
terminarán sacándome de quicio.

Nicanor Parra

26 de agosto de 2009

Carta de aceptación

Esto no redime.
Esto es un correr continuo
tras el polvo,
tras aquello que pretendemos
luego de habérsenos prohibido
aquel relato
que habrá de contar otro.

Esto, lo sé, transcurre lentamente
en los párpados,
en el abandono
al que habremos de volver.

Madrid, 2007

23 de agosto de 2009

La Clase de Inglés

Era el final de un verano hondamente cálido y quizá la presencia de aquella calidez presagiaba lo que sobrevendría luego. Aquel verano contenía algo especial: por fin tendríamos una verdadera clase de inglés, por fin, Teresa, nos daría inglés.

Algunos rumores decían que Teresa tenía más o menos nuestra edad, pero nadie sabe si eso era cierto. La verdad, a nadie le importaban esos detalles de Teresa. Lo importante era otra cosa, lo importante era contemplar a Teresa. Sí, contemplarla y elucubrar qué serían nuestras vidas a su lado, mientras ella caminaba por los pasillos, mirándonos con desdén. Esa mirada altiva nos fascinaba. Nadie intuía en ese entonces que pronto no veríamos más a Teresa, era triste pensar en eso, si es que alguna vez nos detuvimos en ello. Teresa había cambiado totalmente el ambiente de la Universidad y claro, a nosotros también. No es que hubiese pocas mujeres ejerciendo la docencia. No, lo que sucedía es que ningún como Teresa. Teresa era distinta, nunca dejábamos de pensar en ella. Cuando caminaba cerca de nosotros, por los pasillos, nadie hablaba, incluso después, cuando sólo quedaba en el aire su diluido aroma. Nos mirábamos eso sí, con complicidad, asintiendo silenciosos el suceso.

Aquel verano, la clase de inglés estaba programada de una a dos, a esa hora el calor era insoportable, la calefacción, como de costumbre, no funcionaba. Nos habíamos apostado religiosamente en la escalera, esperábamos con ansiedad la llegada de Teresa, ese era una ritual al que todos estaban obligados a realizar al menos una vez, era una práctica ineludible. Pero en aquella ocasión, nadie sabía cómo terminaría todo, nadie, realmente, tenía idea de a dónde iría a parar; faltaban cinco minutos para comenzar la clase y no se escuchaba ni el silencio, estábamos más solos que en una habitación sin ventanas. De pronto, llegó: zapatitos blancos que realzaban sus piernas; falda blanca, arribita de las rodillas, ajustada, como siempre; blusa ligera, plisada; reloj, pulseras, collares, en fin, Teresa. En ese momento iba hacia nosotros, no sonreía; labios apretados, pisó el primer escalón, luego el segundo y después el tercero, cada paso suyo marcaba nuestras pulsaciones. Y entonces sucedió: el Dany la interceptó en el descanso, nadie se había atrevido nunca a interrumpir el ritual, todo fue tan de repente, tan sorpresivo como una ola de mar, incluso para Teresa. El Dany no dijo palabra alguna, silencioso, la tomó por la cintura, la atrajo bruscamente hacia él y le arrancó un tremendo beso de la boca. ¡El Dany!, un estudiante de los últimos semestres, un estudiante, mas bien discreto, que conocía porque vivíamos en el mismo barrio, un estudiante, en fin, que había hecho lo que todos deseábamos. Lo que sucedió después fue confuso: hubo gritos, jaloneos, desmayos, ni siquiera nos percatamos del momento en que desapareció Teresa. Aquella fue la última ocasión que la vimos. La Universidad volvió a ser como las otras.

15 de agosto de 2009

Juanito

Juanito pasó de jugar a los caballos, a los trenes y a los carritos; a jugar a las sillitas y al comerciante. Recuerdo mirar a Juanito, siempre en su silla, enojado porque nosotros no conocemos nada acerca de pasturas y cosechas, de cómo ganarse el pan con el sudor de la frente, nosotros, nos decía, flojos irremediables, sólo hablamos de escritorios limpios y corbatitas abultadas. Sí, ese tipo de pendejadas, decía juanito, que habían llevado al país a la ruina. Éramos, a sus ojos, traidores a los ideales de la Revolución, Revolución de la que, claro, únicamente teníamos memoria gracias a los libros deshojados que regalaban en la primaria.

Ahí en la esquina, mirábamos todos los días a Juanito, a veces, dándole bastonazos a los perros que se acercaban, a husmear en su vendimia. Pero un día, no vimos más a Juanito. Y sí, de inmediato lo supimos: se había largado. ¡Pinche Juan!, por tu culpa no habrá más elotes con crema, salsa y limón. Ahora tendremos que conformarnos con míseros garbanzos para acompañar al sereno, mientras platicamos de las viejas y el fútbol. Sí, Juan, eres un cabrón, te largaste justo ahora que la Lucy le ha echado al guante a un ranchero bien forrado y nos prometió llevarte, un día de estos, a mirar los caballos y los sembradíos. Ya ni vale la pena decirte, que el Chucho, consiguió de los gandallas del seguro un aumento a tu pensión. Además, ¿Por qué te fuiste precisamente hoy, pinche Juan? Apenas que había traído una silla nueva para ti, de esas con botoncitos que tanto anuncian en la tele. Ah pinche Juanito, ya ni la amuelas, ya ni la amuelas pinche Juan. Mira que largarte así nómas, sin avisarle a nadie. Pero sabes, pinche Juan, ni te imaginas cuánta gente se arrimó por aquí, porque, debes saber, que aunque nunca lo notaste, tenías un chingo de clientes. Sin embargo, Juan, mira, olvidemos todos los reclamos y cuéntanos, anda, cuéntanos, Juan, por qué tuviste que morir, cuéntanos, Juanito, cuéntanos, por qué te has ido sin despedirte, anda, Juanito, cuéntanos...

4 de agosto de 2009

Taller de Literatura Experimental


Taller de Literatura Experimental

Dirigido a público mayor de 16 años

Horario:

  • GRUPO A: viernes de 6:00 a 8:00 pm
  • GRUPO B: sábados de 10:30am a 12:30pm

    Casa de la Cultura Centro, Irapuato.

más informes: Lic. Alejandro Palizada

28 de julio de 2009

Movimiento, de Octavio Paz

Si tú eres la yegua de ámbar
------------yo soy el camino de sangre
Si tú eres la primer nevada
------------yo soy el que enciende el brasero del alba
Si tú eres la torre de la noche
------------yo soy el clavo ardiendo en tu frente
Si tú eres la marea matutina
------------yo soy el grito del primer pájaro
Si tú eres la cesta de naranjas
------------yo soy el cuchillo del sol
Si tú eres el altar de piedra
------------yo soy la mano sacrílega
Si tú eres la tierra acostada
------------yo soy la caña verde
Si tú eres el salto del viento
------------yo soy el fuego enterrado
Si tú eres la boca del agua
------------yo soy la boca del musgo
Si tú eres el bosque de las nubes
------------yo soy el hacha que las parte
Si tú eres la ciudad profanada
------------yo soy la lluvia de consagración
Si tú eres la montaña amarilla
------------yo soy los brazos rojos del liquen
Si tú eres el sol que se levanta
------------yo soy el camino de sangre


Octavio Paz, El fuego de cada día, Seix-Barral, Barcelona, 1989

18 de julio de 2009

Así pasa. Nada que hacer.

Era un bonito panorama, pero no sé si me entenderán lo que quiero decir. Aunque por otra parte era también bastante deprimente porque uno no podía dejar de preguntarse qué sería de todas ellas. Me refiero a cuando ellas salieran del colegio y la universidad. La mayoría se casarían con cretinos, tipos de esos que se pasan el día hablando de cuántos kilómetros pueden sacarle a un litro de gasolina, tipos que se enfadan como niños cuando pierden al golf o a algún juego tan estúpido como el ping-pong, tipos mala gente de verdad, tipos que en su vida han leído un libro, tipos aburridos...

J.D. Salinger, El guardián entre el centeno, Alianza Editorial, Madrid, 2005

17 de julio de 2009

Entierro en el este, de Pablo Neruda

Yo trabajo de noche, rodeado de ciudad,
de pescadores, de alfareros, de difuntos quemados
con azafrán y frutas, envueltos en muselinas escarlata:
bajo mi balcón esos muertos terribles
pasan sonando cadenas y flautas de cobre,
estridentes y finas y lúgubres silban
entre el color de las pesadas flores envenenadas
y el grito de los cenicientos danzarines
y el creciente monótono de los tam-tam
y el humo de las maderas que arden y huelen.

Porque una vez doblado el camino, junto al turbio río,
sus corazones, detenidos o iniciando un mayor movimiento,
rodarán quemados, con la pierna y el pie hechos fuego,
y la trémula ceniza caerá sobre el agua,
flotará como un ramo de flores calcinadas
o como extinto fuego dejado por tan poderosos viajeros
que hicieron arder algo sobre las negras aguas, y devoraron
un alimento desaparecido y un licor extremo.

Pablo Neruda, Residencia en la Tierra, Ediciones Cátedra, Madrid, 2005

9 de julio de 2009

Hoja sin fecha

Lo mejor sería escribir los acontecimientos cotidianamente. Llevar un diario para comprenderlos. No dejar escapar los matices, los hechos menudos, aunque parezcan fruslerías, y sobre todo clasificarlos. Es preciso decir cómo veo esta mesa, la calle, la gente, mi paquete de tabaco, ya que es esto lo que ha cambiado. Es preciso determinar exactamente el alcance y la naturaleza de este cambio.

Jean-Paul Sartre; La Náusea; Editorial Época; México, 2006

4 de julio de 2009

Hay que poner las cosas en claro

Digo esto no sólo para explicarme[...] sino para declarar sobre mí mismo y ponerme, sin ruido, en el lugar que me corresponde: yo no soy un hombre "de pensamiento"; quiero decir de pensamiento especializadamente informado y provisto de método; mi única credencial, mejor o peor conseguida, es la de poeta.

Antonio Gamoneda; El cuerpo de los símbolos; Huerga y Fierro editores; Madrid, 1997; p. 9

15 de junio de 2009

Líneas de código

Las líneas de este código se mueven,
ondulan,
se encuentran con torpeza,
no se reconocen,
aunque una
trague a la otra.

Madrid, 2008

14 de junio de 2009

Oh Tormenta, de Tomás Segovia

Oh tormenta, el amor es el clima más inhóspito. Ante tu nombre resueno como el herido bronce de una campana. Desgarrados celajes, aterido horizonte, vago azul de los charcos que tachonan tu ausencia: así el amor me asedia como una tempestad. No estoy triste, amor, ningún rescoldo abrigo, no me preguntes nada. Sin apremio abro los ojos en esta lluvia silenciosa, donde luces perdidas diluyen su promesa. El recuerdo de tu voz relampaguea y me deslumbra; tu presencia como un viento glaciar me azota el rostro. Deténme, este viento me arrastra; mira girar como hojas muertas tanto lazos caídos de los que tú me despojas. Has dicho que me amas, tiemblo inerme y desnudo como un niño. Día tras día el alba naciente me encuentra herido de flaqueza. Todo me quema y destruye, has dicho que me amas.

Tomás Segovia, Poesía (1943-1997): Luz de Aquí, FCE, México, 2000

2 de junio de 2009

Recuerdo de Benedetti, en Asamblea de Palabras


Uno nunca sabe cómo hablar sobre alguien que recién ha dejado este lado del río para pasar al otro, al que paciente nos espera. Sin embargo, recordando una pequeña anécdota que sucedió hace unos meses... leer artículo completo

1 de junio de 2009

Como latas de cervezas vacías, de Ernesto Cardenal

Como latas de cervezas vacías y colillas
de cigarrillos apagados, han sido mis días.
Como figuras que pasan por una pantalla de televisión
y desaparecen, así ha pasado mi vida. 
Como los automóviles que pasaban rápidos por las carreteras
con risas de muchachas y músicas de radios...
Y la belleza pasó rápida, como el modelo de los autos
y las canciones de los radios que pasaron de moda.
Y no ha quedado nada de aquellos días, nada, 
mas que latas vacías y colillas apagadas,
risas en fotos marchitas, boletos rotos,
y el aserrín con que al amanecer barrieron los bares. 

Ernesto Cardenal, Antología, Editorial Laia, Barcelona, 1979

29 de mayo de 2009

Poema encontrado en una maleta

1

Ayer confusos bebimos café
en una mesita de tu casa.
Me relataste tu vida
y yo te creí
como creo en el nacimiento de las olas
en la profundidad del mar.

2

Ayer bebimos café
en la mesita de tu sala. Me relataste tu vida
y yo te creí cada palabra
como creo en el nacimiento de las olas
en la profundidad del mar.

27 de mayo de 2009

Muerte por delirio

Este ir y venir
dentro de mí,
me consume.

Escucho el doblar
de las campanas.

Madrid, 2007

20 de mayo de 2009

Las Palabras, de Armando González Torres

Dales la vuelta,
cógelas del rabo (chillen, putas)...
Octavio Paz, "Las Palabras"

Anoche tuve una fiesta privada y mande llamar unas zorras. Las hice chillar, Octavio, vinieron presurosas por dinero y se fueron hasta el amanecer y humilladas. Las había contratado para que me bailaran, para que me inspiraran, pero llegaron con mucha prisa y una actitud poco cooperativa. Querían que me conformara con su pinche espectáculo de siempre, con sus lugares comunes, con su dizque poesía. Yo las interpelé, las exhibí en su putería, las amenacé con el abrecartas, las gomas y el corrector, las obligué a fijarse en mí y a introducirse en la baja estofa de mi alma, a honrar mi saliva, mis pedos y mis respiraciones. Conocí entonces su incapacidad, su descuido, su desaseo, su amasiato con la política y la mercadotecnia, sus clichés y sus ambivalencias. Decidí darles una lección a las cabronas; sin embargo, mientras las desnudaba para ponerles una chinga inolvidable descubrí que, detrás de su aparente frivolidad, detentan una mecánica para prolongar su presencia y poseen un parentesco, aunque sea lejano, con lo perdurable. Les prometí perdonarles la paliza a cambio de una revelación, de un signo, de una esperanza así fuera tenue en mi futuro confundido. Te juro que las hubiera hecho hablar: con placer o con dolor les hubiera arrancado su misterio, pero huyeron en cuanto me quedé dormido. No dejaron ninguna señal, sólo me robaron los billetes de poca monta que guardo en la cartera.

Armando González Torres, Teoría de la afrenta, CONACULTA, México, 2008.

17 de mayo de 2009

Sobre los poetas


La Poesía no es una carrera sino un juego de tontos. No hay poeta honrado que se sienta absolutamente seguro del valor permanente de su obra: acaso haya desperdiciado su tiempo y echado a perder su vida para nada.
T. S. Eliot, The use of poetry and the use of criticism.


13 de mayo de 2009

Work in progress

1

Aún cuando lo buscado se concreta.
y los árboles reverdecen
y la lluvia áspera no me toca.
Aún cuando los suspiros son contenidos
en la ausencia de los cristales de los aparadores
y la desgracia no se cierne 
sobre mí como un blanda capa de esmog. 
Aún cuando la estridente ciudad no se derrumba 
sobre lo querido
y no perdememos en ella nada...
deseo mirar la nieve 
caer en los barrotes desnudos de los balcones 
y ahondar en lo ignoto
de mi nombre mal pronunciado. 

2

Aún cuando los árboles reverdecen
y la lluvia áspera no me toca
y lo buscado se encuentra.
Aún cuando los suspiros son contenidos
en la ausencia de los cristales de los aparadores
y la desgracia no se cierne 
sobre mí como un blanda capa de esmog. 
Aún cuando la estridente ciudad no se derrumba 
sobre lo querido
y no perdememos en ella nada...
deseo mirar la nieve 
caer en los barrotes desnudos de los balcones 
y ahondar en lo ignoto
de mi nombre mal pronunciado. 

8 de mayo de 2009

José Emilio Pacheco, XVIII Premio Iberoamericano de Poesía

El poeta mexicano José Emilio Pacheco, galardonado con el XVIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, recibió "emocionado" y con "enorme sorpresa" la noticia del jurado, después del "apocalipsis" y la "semana casi de película que ha vivido México", declaró el autor desde su país. Este prestigioso galardón, convocado por Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca, está dotado con 42.100 euros.
(El País)

Ya todos saben para quién trabajan

Traduzco un artículo de Esquire
sobre una hoja de la Kimberly-Clark Corp.,
en una antigua máquina Remington.
Lo que me paguen irá directamente a las arcas
de Gerber, Kellogg's, Procter and Gamble,
Nabisco, Heinz,
General Foods, Colgate-Palmolive, Gillette
y California Packing Corporation.

José Emilio Pacheco, La fábula del tiempo, ERA, México 2005, p. 40

24 de abril de 2009

Los Perros del Alba en Irapuato


Casa de Cultura de Irapuato y Colectivo Plataforma

Presentan
La publicación del momento:




Lugar: Casa de la Cultura, frente al jardín principal.
Viernes 24 de abril, a las 8 p.m.
Entrada Gratuita

Juan Marsé, Premio Cervantes, contra los medios

"Se siente uno tan asediado las 24 horas del día por una información tan apremiante, insidiosa y reiterativa, que casi no hay tiempo para la reflexión[..]La televisión debería contribuir a reconocer y asumir la variedad lingüística del país[España, pero también podría ser México], y es de suponer que en cierta medida lo hace, pero no parece que nadie se pare a pensar en los contenidos de esa televisión ni en su nefasta influencia cultural y educativa. A riesgo de equivocarme, soy del parecer que más de la mitad de lo que hoy entendemos por cultura popular proviene y se nutre de lo que no merece ser visto ni oído en la televisión. En la lengua que sea."

17 de abril de 2009

Lo que el plenilunio procura

Lo que el plenilunio procura:
un instante sin retorno,
un trayecto que aparenta
su fin en el vuelo de los pájaros,
el murmullo del silencio.

de Cantos en el Plenilunio, inédito.

13 de abril de 2009

Hablando de poetas



Sólo los sabios y los poetas se aventuran por la senda dolorosa hacía las etimologías y recomponen el habla lo mejor que pueden, a partir de fragmentos olvidados.
Ernest Fenollosa

Todo es puro deseo



-La realidad -Murmuró Ansky- en ocasiones es el puro deseo[...]
Roberto Bolaño, 2666

10 de abril de 2009

Si te busco y te sueño y te persigo, de Tomás Segovia

Si te busco y te sueño y te persigo,
y deseo tu cuerpo de tal suerte
que tan sólo aborrezco ya la muerte
porque no me podré acostar contigo;

si tantos sueños lúbricos abrigo;
si ardiente, y sin pudor, y en celo, y fuerte
te quiero ver, dejándome morderte
el pecho, el muslo, el sensitivo ombligo;

si quiero que conmigo, enloquecida,
goces tanto que estés avergonzada,
no es sólo por codicia de tus prendas:

es para que conmigo, en esta vida,
compartas impureza, y que manchada,
pero conmovedora, al fin me entiendas.

Tomás Segovia, Poesía (1943-1997): Colección Reservada de sonetos votivos, FCE, México, 2000

25 de marzo de 2009

Aire, de Xavier Villaurrutia

El aire juega a las distancias:
acerca el horizonte,
echa a volar los árboles
y levanta vidrieras entre los ojos y el paisaje.

El aire juega a los sonidos:
rompe los tragaluces del cielo,
y llena con ecos de plata de agua
el caracol de los oídos.

El aire juega a los colores:
tiñe con verde de hojas el arroyo
y lo vuelve, súbito, azul,
o le pasa la borla de una nube.

El aire juega a los recuerdos:
se lleva todos los ruidos
y deja espejos de silencio
para mirar los años vividos.

Xavier Villaurrutia, Nostalgia de la Muerte: Poemas y teatro, FCE, México 1995

20 de marzo de 2009

Todo está muy jodido

La incertidumbre, la sensación prolongada de incertidumbre, como cuando, a consecuencia de un desbarajuste en las fechas, se pregunta uno si los invitados van a llegar o no a la fiesta, esa sensación que le había acusado desde la marcha de Andrés, le había abandonado súbitamente. Ahora estaba seguro de que el festival no sería cancelado. Es mucho mejor estár seguro, pensó. Siempre es mejor estar seguro.

Ernest Hemingway, Por quién doblan las campanas, p 455

13 de marzo de 2009

Chismes domésticos




"Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco"

Apocalipsis 2:6




3 de marzo de 2009

Hablemos de Poesía

Viernes 6 de Marzo 2009.
Casa de la Cultura Irapuato
.
19:00 hrs.

Baudelio Camarillo,

uno de nuestros poetas más representativos.
Presentando el poemario ganador
del Premio Efraín Huerta de Poesía de 2004.

Informes con Luis Felipe en:
http://biografolocal.blogspot.com

1 de marzo de 2009

La luminosidad de Baudelio Camarillo

En Baudelio Camarillo hay siempre una emoción de clara hondura, emoción que tensa nuestros sentidos y nos invita a leer sus poemas en voz alta. Una emoción, es necesario decirlo, no enmascarada por la oscuridad de intelecciones innecesarias o del pesimismo redentor, heroico, muy a la moda de los días.
En La Noche es el Mar que no separa, obra premiada con el Efraín Huerta del 2004, la sensibilidad felizmente desarrollada en el libro En memoria del Reino persiste. En esta obra leemos:
“Ya no dormiré a oscuras esta noche:
cuando un instante brilla es
para siempre”
Lo perdurable en la obra de Baudelio Camarillo, desde Espejos que se apagan (1989) hasta La Noche es el mar que nos separa (2004), es esta luz, el instante poético que, una vez encontrado, brilla por siempre. En los poemas de La noche..., aparte de las referencias autobiográficas descritas en el texto, leemos a manera de declaración de principios:
“Para ascender por la espiral interna de la torre
la claridad total es necesaria.”
Esta poética "clara y sencilla", a la que hace referencia Jorge Olmos en el prólogo a una entrevista al autor, es el eje principal de la obra de Camarillo. Toda su poesía reclama la claridad necesaria para alcanzar el decir del hecho poético. Aunque esta sencillez es engañosa, pues a más claridad, mayor tensión verbal podemos encontrar en los versos. 
Uno de los temas de Baudelio Camarillo es la memoria, como bien dice el título de su libro más conocido. En la antología La Tentación de Orfeo (La Rana, 1997), Eugenio Mancera dice al respecto: “hay [en la obra de Camarillo] un permanente acto de recuperación sensible de la [...] infancia”, lo cual se comprueba en el poema Sueño sobre sueño incluido en La Noche...:
“Cuando yo era niño había una casa en ruinas
en un solar cercano a nuestra casa.
Mi madre conoció a sus moradores, mas yo nada recuerdo

sino paredes viejas

que sólo en mi memoria permanecen de pie”
La recuperación de la infancia se circunscribe dentro de la tradición que ve en ella el feliz retorno al paraíso perdido: la edad de oro. Esa edad dorada es representada en Camarillo por los recuerdos del río familiar. Pero también es posible encontrar otro cauce de ese tempo dorado en la obra de Camarillo. La evocación del acto amoroso es definido como un remanso, una fortaleza y una búsqueda de luminosidad, al igual que la evocación infantil. En los poemas de Arpegios incluidos en el libro En memoria del Reino y de alguna manera prolongados en La noche es el mar que nos separa el poeta, usando recursos de gran expresividad, de delicado lirismo, dice:
“Ebrio de tanta luz, a ciegas casi,
avanzo hacia tu cuerpo.

Un mediodía de espejos te refleja desnuda.

Soy la sombra del árbol donde tus aguas pasan.

Soy la oscura presencia que te habita un momento,

sólo breve momento”
¿Ebrio de luz? Sí, ebrio del hecho poético que supone para el poeta el encuentro amoroso. Ebrio, además, de la claridad que busca sin descanso en la vida y en sus versos. Esta embriaguez no lo hace tambalear en su decisión por ir hacia adelante, al contrario, usando esta embriaguez decide seguir, acaso con mayor seguridad, hacía el cuerpo deseado de la amada, hacía la plenitud del medio día que refleja ese cuerpo, único ser que puede devolverle a la vida. Claro, el poeta es consciente de sus limitaciones, su evocación de la amada quizás no pueda ir más allá del momento del encuentro, más allá del breve momento en que ambos, contrarios, sombra y luz, se reconcilian en la trascendencia de lo poético. Así en otro texto el poeta  afirma:
“Breves son estos versos que te escribo
y caducos también.
Nunca podré escribir un poema tan largo

y tan eterno

como tu cuerpo sobre el mío.
Las palabras, el lenguaje, no son suficientes. La luz representada por el hecho amoroso, o dada por ese mismo hecho, es inasible, indecible, en el lenguaje de todos los días. Excepto en el lenguaje propio de la poesía. Camarillo significa el cuerpo de la amada como un ser inabarcable por el lenguaje, lenguaje que, sin embargo, debido a su luz, resuena en nuestros oídos mucho tiempo después de haberlo escuchado.



Baudelio Camarillo nació en Xicoténcatl, Tamaulipas, en 1959. Ha publicado los libros de poemas Espejos que se apagan (1989), La casa del poeta y otros poemas (1992), En memoria del reino (1994), y Poemas de agua dulce (2000). Entre los reconocimientos que ha recibido está el Premio de Poesía Aguascalientes en 1993 y el Premio Efraín Huerta en 2004 por La noche es el mar que nos separa.

28 de febrero de 2009

Arpegios: Una noche..., de Baudelio Camarillo

Una noche tus muslos se abrirán como un libro para mí.
Y como un libro te leeré,
como un poema con olor a deseo,
deleitando pausado las sílabas de luz
que guardas al vestirte.

Y una noche también conoceré la música que llevas,
el pentagrama de tu cuerpo
cuando te acerques vestida solamente del color de tu piel
y el deseo encienda un aire de orquesta entre tus pechos.

Y haremos el amor como boca y palabra,
como el violín y el arco iluminados por el genio,
como la ola y la arena
hasta dejar un cúmulo de espuma
caer en nuestros nombres.

Sí, una noche tus muslos o tu libro o tu música
se abrirán para mí.
Embestirás frénetica mi destello unicorne,
sembrarás el silencio con gemidos dorados
y yo descansaré por fin sobre tu sueño
y arrojaré largas noches
al cesto de basura.

Baudelio Camarillo, En Memoria del Reino, INBA/Joaquín Mortíz, México 1994

27 de febrero de 2009

Filosofía de café

¿Realmente quiero jugar a las casitas, al hombre de los vocablos superfluos pero redituables, o prefiero quedarme aquí, en la otra acaso no menos ilusoria, tranquilidad confusa? Este último término no está mal formulado, es correcto. No es un oxímoron deliberado para hacer poético este texto, de ninguna manera. Digo tranquilidad confusa o tranquilidad del desasosiego porque creo, firmemente, en la confusión como impulso para una verdadera o más comprometida observación de las cosas, del porqué las cosas. La confusión de alguna manera me obliga a diluirla, a realizar una indagatoria sobre su origen y sofocarla, salir de ella. Y todo ese proceso me reconforta.

Justificándome, aunque sé no es necesario, al abatir la confusión enriquezco, en varios sentidos, mi conocimiento del mundo, de mí mismo. Esa forma de conocimiento en la confusión, es necesario decirlo, no implica una utilidad tal que retribuya un beneficio económico mas sí un placer. Un placer que puede ser estético, en el caso de la literatura o del arte, o de cualquier otra naturaleza. Sin embargo, abatir ese estado confuso me deprime. ¿Por qué? La respuesta es sencilla visto el argumento anterior: no existe una motivación real fuera de un estado confuso preexistente, sin haber puesto en crisis alguna convención fuertemente sostenida. La confusión me anima por su deliberado carácter inquisitivo, el estado de confusión me tranquiliza e igualmente, la tranquilidad me desasosiega, por tanro, lo único que prima en mí es la confusión.

24 de febrero de 2009

Breves son estos versos..., de Baudelio Camarillo

Breves son estos versos que te escribo
y caducos también.
Nunca podré escribir un poema tan largo
y tan eterno
como tu cuerpo sobre el mío

Baudelio Camarillo, La noche es el mar que nos separa, La Rana, México 2005

13 de febrero de 2009

Luis Luna en el Ateneo de Madrid


Luís Luna presenta su más reciente libro Territorio en Penumbra en el Ateneo de Madrid.

Presentan: la poeta y crítica Alejandra Aventín, el editor y el autor, Luís Luna.

La presentación tendrá lugar el día 13 de Febrero de 2009 a las 22:30 horas en la Sala de la Cacharrería del Ateneo de Madrid, dentro del ciclo que coordina Miguel Losada y con la colaboración de la Red de Arte Joven de la Comunidad de Madrid.

Ateneo de Madrid (c/ Prado, 21 - 28014 Madrid). Metro: Tirso de Molina, Antón Martín


Laboratorio para Escritores

TALLER TEÓRICO-PRÁCTICO DE INTRODUCCIÓN A LOS GÉNEROS LITERARIOS.
Segunda Edición.

Este taller está dirigido a todas las personas con inquietudes literarias, que gusten de la lectura y/o quieran iniciarse en el oficio de escritor.

Descripción:

1.- El taller consta de cinco módulos: Poesía, Cuento, Ensayo, Guión Dramático.
2.- Cada uno de los módulos será impartido por un escritor reconocido y especialista en el género. 3.-Todos los módulos serán teóricos y prácticos.

Objetivos:

El Taller Teórico Práctico de Introducción a los Géneros Literarios tiene como finalidad iniciar a aquellas personas con interés en el oficio de la escritura, en las distintas particularidades de cada uno de los géneros literarios, sus semejanzas y diferencias, sus estructuras y su naturaleza.También pretende capacitar a los lectores en la comprensión global de los distintos géneros de la literatura.Los cursos será impartidos por:

1.-Baudelio Camarillo (Poesía)
2.-Gabriel Rodríguez (cuento)
3.-Luis Felipe Pérez (Ensayo)
4.-Hugo Alfredo Hinojosa (Dramaturgia)

Inscripciones Abiertas
Informes con
Atala Solorio Abreu
Directora de Casa de Cultura
Tel +52 01462 62 68095Irapuato, Gto.
http://cuestionesculturales.blogspot.com/
http://biografolocal.blogspot.com

4 de febrero de 2009

Cartas a un columnista

28 de Mayo del 2007, Madrid

Hola, ¿Qué tal se encuentra? Espero bien, yo aquí preparándome, como siempre, sin embargo, no soy capaz de ver lo sucesos en su forma exacta y siento un terrible, enorme agotamiento, siento agotada mi poética, mi concepción del mundo. No creo y no veo a la poesía como algo trascendental, algo que pueda, digamos, quebrar o mínimo hacernos creer que el espacio-tiempo se puede eludir. [...] Mis últimas lecturas dan como resultado el fracaso de todo poema que intente, fracaso al buscar la verdadera identidad del poema [...], aún así deseo volver. Sin embargo, en todo este proceso algo me atemoriza de forma obsesiva: ¿Los estudiantes de letras tienen mejores herramientas? ¿Son más capaces de escribir cosas grandiosas? ¿No estaré perdiendo el tiempo?
[...]

Como siempre, espero impaciente su respuesta

Un abrazo

1 de febrero de 2009

Cartas a un columnista

19 de Junio del 2007, Madrid

Gracias por su pronta contestación. [...] si bien, contestando a su pregunta, es necesario que la sociedad lea, y no sólo se informe, tampoco debemos convertirla en un espectáculo. No es que mi postura sea la de un conservador, pero creo que esa tentación adánica, es decir, ser los primeros en descubrir los resortes que motiven la lectura, lo único que hace es convertir a la literatura en un espectáculo circense, y además, al introducir tópicos, usualmente fastidiosos, alejan a los probables lectores, desvirtúan el acto creativo, haciendo más importante el espectáculo y la información mediática que la literatura, la degradación del "pop" se introduce poco a poco en el dominio poético. El espectáculo, no lo niego, en bueno en cierta medida, es buena propaganda, pero no es lo importante. ¿Qué se necesita realmente para ser grande? Me refiero a ser grande en el ahondamiento del sentido poético.


Un saludo, espero con ansiedad su respuesta.

29 de enero de 2009

Cartas a un columnista

11 de Junio del 2007, Madrid

Hola, concuerdo con lo escrito por usted en su reciente columna, los jóvenes somos por naturaleza impacientes. Yo, inevitablemente, me he percatado de ello, aunque no me considero un escritor. Además, tiene usted razón, la mayoría de los jóvenes somos partidarios de los juegos de palabras que no llevan a nada.

En una charla que tuve hace tiempo, unos amigos me decían que los poetas de textos con cinco o seis versos son poetas perezosos, lo mejor para los poetas en ciernes, continuaban, es el poema extenso, ¿Qué piensa de ello? Por otro lado, me resulta realmente desagradable ser demasiado categórico, debo decirle, pero los poemas "paisajistas", como usted los nombra, me resultan desagradables, nombrar las cosas tal como lo haría cualquier otro hace innecesario el poema. Sin embargo, por esta razón, a veces me siento anacrónico en la generación actual. Así, recuerdo otra charla, en donde los jóvenes poetas desdeñaban estéticas anteriores como el modernismo y todo lo que esté impregnado de sensibilidad, dicen que uno debe retratar la ciudad, como Baudelaire, es decir, ser modernos, si se está en Madrid, debe decir Madrid o Plaza Mayor o alguna línea de Metro, nombrar lo obvio, hacer el poema con lo que se tiene a la mano, sólo nombrarlo, ¿No cree que eso es una tontería? Todo esto es, creo, como bien lo dice usted, por la impaciencia, ojalá nos alejemos de esa vía, superar los 25 y, como nuevamente dice, cuando nos pregunten acerca de la escritura responder: "sigo escribiendo".

Un saludo

28 de enero de 2009

Ciencia, de Ernesto Sabato

Durante siglos el hombre de la calle tuvo más fe en la hechicería que en la ciencia: para ganarse la vida, Kepler necesitó trabajar de astrólogo; hoy los astrólogos anuncian en los diarios que sus procedimientos son estrictamente científicos. El ciudadano cree con fervor en la ciencia y adora a Einstein y a Madame Curie. Pero, por un destino melancólico, en este momento de esplendor popular muchos profesionales comienzan a dudar de su poder. El matemático y filósofo inglés A. N. Whitehead nos dice que la ciencia debe aprender de la poesía; [...]
Probablemente, este desencuentro entre el profesional y el profano se debe a que el desarrollo de la ciencia a la vez implica un creciente poder y una creciente abstracción. [...] En rigor es la doble cara de una misma verdad: la ciencia no es poderosa a pesar de su abstracción sino justamente por ella.
Es difícil separar el conocimiento vulgar del científico; pero quizá pueda decirse que el primero se refiere a lo particular y concreto, mientras que el segundo se refiere a lo general y abstracto. [...] el desiderátum del hombre de ciencia es enunciar juicios tan generales que sean ininteligibles, lo que se logra con la ayuda de la matemática. [...] a medida que la ciencia se vuelve más abstracta y en consecuencia más lejana de los problemas, de las preocupaciones, de las palabras de la vida diaria, su utilidad aumenta en la misma proporción. Una teoría tiene tantas más aplicaciones cuanto más universal, y por lo tanto cuanto más abstracta, ya que lo concreto se pierde con lo particular.
El poder de la ciencia se adquiere gracias a una especie de pacto con el diablo: a costa de una progresiva evanescencia del mundo cotidiano. Llega a ser monarca, pero, cuando lo logra, su reino es apenas un reino de fantasmas.
Se logra unificar todas aquellas proposiciones porque se eliminan los atributos concretos que permiten distinguir una taza de té, una estufa y personas que se retardan. En este proceso de limpieza va quedando bien poco; la infinita variedad de concreciones que forma el universo que nos rodea desaparece; [...]
El universo que nos rodea es el universo de los colores, sonidos, y olores; todo eso desaparece frente a los aparatos del científico, como una formidable fantasmagoría.
El Poeta nos dice:

El aire el huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruido
que del oro y del cetro pone olvido.

Pero el análisis científico es deprimente: como los hombres que ingresan en una penitenciaría, las sensaciones se convierten en números. El verde de aquellos árboles que el aire menea ocupa una zona del espectro alrededor de las 5000 unidades Angström; el manso ruido es captado por micrófonos y descompuesto en un conjunto de ondas caracterizadas cada una por un número; en cuanto al olvido del oro y del cetro, queda fuera de la jurisdicción del científico, porque no es susceptible de convertirse en matemática. El mundo de la ciencia ignora los valores: un geómetra que rechazara el teorema de Pitágoras por considerarlo perverso tendría más probabilidades de ser internado en un manicomio que de ser escuchado en un congreso de matemáticos. Tampoco tiene sentido una afirmación como “tengo fe en el principio de conservación de la energía”; muchos hombres de ciencia hacen afirmaciones de este género, pero se debe a que construyen la ciencia no como científicos sino simplemente como hombres. [...]
Estrictamente, los juicios de valor no tienen cabida en la ciencia, aunque intervengan en su construcción; el científico es un hombre como cualquiera y es natural que trabaje con toda la colección de prejuicios y tendencias estéticas, místicas y morales que forman la naturaleza humana. Pero no hay que cometer la falacia de adjudicar estos vicios del modus operandi a la esencia del conocimiento científico.
De este modo, el mundo se ha ido transformando paulatinamente de un conjunto de piedras, pájaros, árboles, sonetos de Petrarca, cacerías de zorro y luchas electorales, en un conglomerado de sinusoides, logaritmos, letras griegas, triángulos y ondas de probabilidad. Y lo que es peor: nada más que en eso. Cualquier científico se negará a hacer consideraciones sobre lo que podría estar más allá de la mera estructura matemática.
La relatividad completó la transformación del universo físico en fantasma matemático. Antes, al menos, los cuerpos eran trozos persistentes de materia que se movían en el espacio. La unificación del espacio y el tiempo ha convertido al universo en un conjunto de “sucesos”, y en opinión de algunos la materia es una mera expresión de la curvatura cósmica. Otros relativistas imaginan que en el universo no hay pasado, ni presente, ni futuro; como en el reino de las ideas platónicas, el tiempo sería una ilusión más del hombre, y las cosas que cree amar y las vidas que cree ver transcurrir apenas serían fantasmas imprecisos de un Universo Eterno e Inmutable.
La ciencia estricta —es decir, la ciencia matematizable— es ajena a todo lo que es más valioso para un ser humano: sus emociones, sus sentimientos de arte o de justicia, su angustia frente a la muerte. Si el mundo matematizable fuera el único mundo verdadero, no sólo sería ilusorio un palacio soñado, con sus damas, juglares y palafreneros; también lo serían los paisajes de la vigilia o la belleza de una fuga de Bach. O por lo menos sería ilusorio lo que en ellos nos emociona.


Ernesto Sabato, Uno y el Universo, Editorial Seix Barral, Barcelona, 1981

21 de enero de 2009

Mar, de Xavier Villaurrutia

Te acariciaba, mar, en mi desvelo;
te soñaba en mi sueño, inesperado;
te aspiraba en la sombra recatado;
te oía en el silencio de mi duelo.

Eras, para mi cuerpo, cielo y suelo;
símbolo de mi sueño, inexplicado;
olor para mi sombra, iluminado;
rumor en el silencio de mi celo.

Te tuve ayer hirviendo entre mis manos,
caí despierto en tu profundo río,
sentí el roce de tus muslos cercanos.

Y aunque fui tuyo, entre tus brazos frío,
tu calor y tu aliento fueron vanos:
cada vez más te siento menos mío.

Xavier Villaurrutia, Nostalgia de la Muerte: poemas y teatro, FCE, México, 2006

5 de enero de 2009

Recuento

Uno

Hace aproximadamente un mes que regresé de Madrid y todavía no encuentro mi sitio en este lugar. Regresé a la provincia, a buscar algo de lo que no poseo ni siquiera el nombre, a re-encontrarme con los aromas que continuamente me señalan: las piezas de mi destrozada memoria. Todo ha sido un silencioso desastre. Aún restan libros que leer, lo que traje conmigo, más lo que envié por correo, y los otros que están en la lista de deseos. Mucho material que corregir, otro tanto por re-leer, revisar las notas de estos dos años en los que he estado fuera.

Dos

En los diarios cada día leo acerca de un nuevo asesinato, alguien, cada noche, o a plena luz del día, cae agujereado por las balas o los cuchillos. Peleas por doquier entre las bandas y las autoridades corruptas e indolentes que nada hacen por remediar la situación y sólo buscan el soborno y callan. Mis amigos y conocidos, sino son heridos, son atemorizados por el crimen que se adueña de nuestras bocas, de nuestros alimentos. Me es bastante difícil concentrarme y reanudar los proyectos de trabajo planeados en Madrid, sin el enorme peso de lo que aquí sucede.

Tres

Poco realizo de manera solitaria y al mismo tiempo, no puedo escribir. Es cierto que en la lejanía se escribe con mayor seguridad y fluidez acerca de los temas dejados, pero esto no quiere decir que eso, lo escrito, posea calidad, por lo que debo revisar el material producido en Madrid. Sin embargo, aún no puedo acoplarme a estos ritmos. Nunca faltan los distractores y, conforme pasa el tiempo, las sensaciones de pérdida son aún más grandes e irreparables. Aquí no existe la misma ebullición que dejé del otro lado del Atlántico ni las mismas oportunidades. Aquí todo es cerrado, sumamente cerrado. El hermetismo es lo que prima en esta ciudad permeada por un ansía de progreso. Todos quieren ser lo que nunca han sido, incluyéndome.

Cuatro

Son muy distintas las sensaciones de ahora a las que tuve hace tiempo, cuando regresé momentáneamente a esta ciudad. Primero, fue poco tiempo y segundo, sabía que regresaría a Madrid. Ahora sé que estaré por aquí una larga temporada, por lo que debo re-construir lo que dejé, o comenzar de nuevo, pues como la luna y la primavera del poema, yo tampoco soy el mismo. Sin embargo, todo está en mi contra y no he querido afrontarlo. He negado de forma sistemática los aspectos de cambio que me limitan en lugar de aceptarlos y superarlos. Además, las puertas que dejé cerradas, las que yo mismo cerré, siguen así y no tengo esperanza de abrirlas nuevamente, claro, lo he intentado, sin éxito. Mis proyectos de abandonar la profesión que tanto me costó edificar sobre los párpados se frustran conforme llegan las tardes. Aquí todo es menos placentero y pierdo fuerza a cada instante.

Cinco

Pienso bastante en Madrid, en sus calles, en el sentir que tuve al estar en aquellos sitios, pero no debo quedarme en esas sensaciones, debo escribir, lo más importante es escribir como diría Reyes. Los más importante es ser honesto consigo mismo. Esto no es un ejercicio de consuelo y tampoco una hoja en donde me permito escribir quejas, es un intento por clarificar las derrotas y superarlas. Aunque no sé si pueda hacerlo, yo espero que así sea.