26 de julio de 2010

Ahora que es tan lejos, de Hugo de Sanctis

Ahora que es tan lejos
y tanto se ha perdido
un crepúsculo regresa a su gran madre.

El mar casi inmóvil
rodea al continente.
Podría ir fácilmente hacia las islas,
hacer un leve movimiento
y establecerme en los espacios marinos.
Dejar que la ansiedad desaparezca
definitivamente
como las viejas embarcaciones. Soledad
sin tumulto,
agua alcanzada con el sacrificio
con la tortura y
algo que entrecortado baja hacia la paz
a la última tranquilidad del día...

Pero mi vida
es un indicio apenas
un obstinado acto irreversible.

Si me dieran a elegir un lugar
donde elaborar otra vida,
elegiría esta misma roca,
sobrevendría en esta cáscara sensible
igual que las cosas.
Volvería a comer plantas
de alguna región vistosa,
a mirar los atardeceres
y después a irme, siempre irme.

Soy un agregado de lo que ha existido sin mí,
solícito y maduro.

Luego que los vientos pesados
carguen con lo que quede
y que la tenaz espuma se deshaga
y vuelva a construir
sobre mi íntima dureza.
Y adiós gravedad, adiós fragmentos, valijas,
formas huesudas que un día ocupé
queriendo ser eterno
y no pude.

Regreso lo mismo que un camino,
habito este recodo silencioso
pero no lo poseo...

Hugo de Sanctis, Canción al prójimo, ICA/Azafrán y Cinabrio, México, 2006

No hay comentarios.: